(3-1): Un Atleti de altos vuelos frena en seco al Madrid
El derbi se quedó en casa. De forma merecida. Victoria del Atlético de Madrid frente al Real Madrid (3-1) con dos goles de Morata y otro de Griezmann. Kroos marcó para los blancos, que fueron superados desde el pitido inicial, aunque tuvieron sus opciones en el tramo final de la primera parte. Los colchoneros no desaprovecharon las facilidades defensivas concedidas por el que hasta este fin de semana era líder del campeonato y que llegaba al Metropolitano con pleno de triunfos. El ‘Atlético Aviación’ (los tres tantos de cabeza), que lo cortó de raíz, vuelve a creer tras una semana complicada y se engancha a LaLiga.
Casi no hubo tiempo para ver cómo funcionaba la presión alta que proponía el Atlético ni los cinco medios con los que salió Ancelotti de inicio. Porque Morata marcó en el minuto 4 el 1-0. Recibió Lino, que puso un balón medido al delantero, cuyo desmarque y remate fue sobresaliente. El tanto cambió el guion que tenía marcado Simeone, y el Atlético dio un paso atrás de los que casi nunca le salen bien últimamente. Las pérdidas de balón en la salida tampoco ayudaban, pero en otra de las contras, llegó el segundo. De nuevo por la izquierda, Saúl la puso de lujo para que Griezmann, también con la testa, la pusiera en el mismo lugar que Morata. 2-0 y el Madrid ni se había enterado. Sí el Metropolitano, que levitaba.
No era capaz de generar nada el cuadro blanco ante un Atlético replegado que cuando cogía la espalda de Lucas y Fran García volaba. Tuvo el tercero Saúl, pero se lució Kepa. Él y Koke, que volvía ras su lesión, brillaban para sostener esa medular tan inferior en número de efectivos.
Pero tan atrás estaban los rojiblancos, que el Madrid vio que su mejor opción era la de probar desde la frontal. Así llegó la primera del Madrid. Y la segunda. En la tercera, Kroos no falló. Recibió, amagó para irse de Llorente y soltó un derechazo imparable para Oblak. El gol no le sentó nada bien al Atlético, que siguió jugando a lo mismo. También el Madrid, ahora con el viento a favor. Volvió a intentarlo el alemán, pero esta vez sí era ‘parable’ para el meta esloveno.
Los colchoneros pedían el descanso a gritos, cuando Camavinga empujó a la red un balón suelto en el área. Pero el asistente levantó la bandera. Señaló fuera de juego posicional de Rudiger, que estaba peleándose con Hermoso para llegar a ese esférico. ¿Intervino en la acción? Sí. ¿Fue decisivo en la misma? Eso ya… Decisión controvertida. De esas de interpretación que, por extraño que parezca, cayó del lado del Atlético en un derbi, Tuvo su previo el cuadro colchonero (el descanso), mientras que el Madrid se quedó con las miel en los labios.
La segunda mitad, ya sin Koke y Modric, comenzó como la primera, con gol del Atlético. Otro de Morata. Otro de cabeza. Otra asistencia de Saúl. Ancelotti no se lo creía. La misma jugada tres veces. La vida seguía igual, que canta el cumpleañero Julio Iglesias. Y pudo ser peor para los visitantes, porque Hermoso remató al larguero en un saque de esquina.
Así que el italiano fue por las bravas. Triple cambio. Tchouameni, Mendy y Nacho al campo. Los dos últimos, para frenar la sangría de las bandas. También movió pieza ahí Simeone, dando entrada a Azpillicueta por Molina. El Atlético tenía el mismo problema que antes. Estaba muy atrás. Cualquier remate, cualquier centro… No salían de su campo los rojiblancos, y así el partido se les iba a hacer muy largo. La tuvo Rodrygo. Luego Tchouameni y Rudiger, ambos desde lejos.
Lo intentaba el equipo merengue, pero no era capaz de generar ocasiones peligrosas, más allá de esos disparos. Tampoco el Atlético, lejos de poder cerrar el encuentro porque le costaba un mundo asomarse al área visitante.
Brahim, que acababa de salir, retó a Giménez en carrera. Acabó rematando (y Oblak parando) y el charrúa dando muestras de fatiga en su primera titularidad tras recuperarse de la lesión. Dijo basta y entró Correa en su lugar, pasando Witsel al centro de la zaga.
Pasaban los minutos y el Madrid no daba señales de vida en ataque ante un Atlético que hacía tiempo había dejado de mirar hacia delante para defender el resultado, que no era poco. Seis minutos de descuento.
Manejaba bien el partido el equipo rojiblanco, ante un rival que ya había desistido. Memphis pudo poner la guinda, pero ya daba igual. El Atlético se llevó el derbi. De forma merecida, sabiendo aprovechar los errores de un Madrid que nunca pudo generar y al que los colchoneros derrotaron con justicia. El Madrid pierde el liderato. El Atlético vuela y vuelve a creer.
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